Semana del Agua y Huella Hídrica: claves para un futuro sostenible del agua

28 ago 2024 Sostenibilidad / Actualidad / Construcción y edificación

La importancia de reducir la huella hídrica mediante prácticas sostenibles y certificaciones ambientales.

En un mundo donde la gestión sostenible del agua se ha convertido en una prioridad global, la huella hídrica y certificaciones como LEED, BREEAM, WELL y VERDE están redefiniendo cómo las empresas abordan sus estrategias e infraestructuras. Estas certificaciones no solo evalúan la eficiencia en el uso del agua, sino que también promueven prácticas innovadoras para minimizar el impacto ambiental, fomentando un cambio hacia un desarrollo más sostenible. La Semana del Agua emerge como una oportunidad crucial para reflexionar sobre nuestra huella hídrica y las prácticas que podemos adoptar para preservarla.

Los sectores que más agua consumen a nivel global son la agricultura, la industria, y el uso doméstico, con la agricultura liderando el consumo con un 70% del agua dulce, principalmente debido al riego de cultivos. La industria utiliza cerca del 20%, destacando sectores como la manufactura, la minería y la generación de energía, que también contribuyen a la contaminación del agua.
El uso doméstico representa el 10% restante, pero su impacto puede ser significativo en áreas urbanas densamente pobladas.
Tras meses de intensa sequía y restricciones en varias regiones del país, la Semana del Agua se celebra con el objetivo de concienciar sobre la importancia del agua como recurso vital para la vida. Uno de los conceptos clave que ha ganado protagonismo en los últimos años es la huella hídrica, un indicador que mide el volumen total de agua utilizado, directa o indirectamente, en la producción de bienes y servicios.

¿Qué es la Huella Hídrica?

La huella hídrica no solo incluye el agua que usamos visiblemente en nuestras actividades diarias, como beber, cocinar o bañarnos, sino también la cantidad de agua empleada en la cadena de producción de alimentos, ropa y otros bienes de consumo. Este concepto se divide en tres componentes principales:
  • Huella hídrica azul: agua superficial y subterránea consumida en la producción.
  • Huella hídrica verde: agua de lluvia almacenada en el suelo y utilizada por las plantas.
  • Huella hídrica gris: cantidad de agua dulce necesaria para asimilar los contaminantes generados en la producción.

La Huella Hídrica en números: ¿cuánta agua consumimos realmente?

El Water Footprint Network, que desarrolló el método de cálculo de la huella hídrica, proporciona cifras impactantes: producir 1 kg de carne de ternera requiere unos 15.000 litros de agua; 1.600 litros para 1 kg de pan, y 2.500 litros para 1 kg de arroz. En el sector textil, fabricar una camiseta de algodón demanda 2.700 litros, y unos tejanos pueden requerir hasta 10.000 litros.

¿Cuánta agua consumes diariamente?

El consumo promedio diario de agua por persona en España varía entre 128 y 320 litros, dependiendo de la fuente consultada. Estos valores son elevados en comparación con la cantidad mínima de 20 litros diarios recomendada por la ONU para cubrir las necesidades básicas de una persona.

La construcción y su rol en la reducción de la Huella Hídrica

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el sector de la construcción representa aproximadamente el 16% del consumo mundial de agua dulce. Este sector tiene el desafío y la oportunidad de liderar la mitigación de la escasez hídrica mediante prácticas sostenibles. Certificaciones como LEED, BREEAM o VERDE pueden ayudar a reducir hasta un 40% del consumo de agua en los edificios.

Medidas para reducir la Huella Hídrica en edificios

  • Eficiencia en el diseño y construcción: incorporar artefactos de bajo consumo, sistemas de recolección de agua de lluvia y reutilización de aguas grises no solo reduce la huella hídrica, sino que también genera ahorros a largo plazo.
  • Áreas verdes urbanas: implementar cubiertas vegetales, jardines verticales y pavimentos permeables ayuda a retener el agua y mantener el equilibrio hídrico local.
  • Reducción del uso de agua potable: utilizar sistemas de tratamiento y reutilización de aguas residuales para riego o limpieza.
  • Sensibilización: educar a los usuarios sobre el consumo responsable del agua y monitorizar su uso para una gestión más eficiente.
  • Certificaciones de sostenibilidad: obtener certificaciones como LEED, BREEAM o VERDE demuestra el compromiso con la gestión sostenible del agua.
La Semana del Agua nos recuerda la urgencia de adoptar prácticas que reduzcan nuestra huella hídrica. Implementar medidas de ahorro de agua en edificios, industrias y en nuestra vida cotidiana no solo contribuye a la conservación de este recurso vital, sino que también puede generar importantes ahorros en costos operativos. Cada gota cuenta, y con la adopción de tecnologías eficientes y cambios en nuestros hábitos, podemos marcar la diferencia.