Due Diligence Ambiental (EDD)
La Due Diligence Ambiental o la Environmental Due Diligence (EDD por sus siglas en inglés) es un proceso clave para garantizar que un proyecto o transacción empresarial cumpla con todas las normativas medioambientales y no acarree riesgos futuros. Evaluar el impacto ambiental de un emplazamiento permite identificar posibles pasivos y problemas antes de tomar decisiones, protegiendo así tanto al entorno como a la inversión. Con un análisis exhaustivo en varias fases, el EDD se convierte en una herramienta indispensable para empresas comprometidas con la sostenibilidad y el cumplimiento normativo.
¿Qué es la Due Diligence Ambiental?
El proceso de Environmental Due Diligence (EDD) es una evaluación ambiental diseñada para identificar y analizar los posibles pasivos y riesgos ambientales asociados a una actividad, emplazamiento y su entorno. Este proceso se lleva a cabo en etapas, donde cada una proporciona información que sirve de base para la siguiente, permitiendo un análisis exhaustivo y progresivo de los problemas potenciales.
Fases de una Due Diligence Ambiental
Fase I. Cribado Inicial
Se centra en identificar problemas ambientales actuales o potenciales. Estos pueden incluir fugas, incumplimientos normativos, incompatibilidad con el uso del suelo, derrames, riesgos de inundaciones, entre otros. Las etapas incluyen:
- Planificación: definir los objetivos, el alcance y los criterios de la evaluación
- Revisión de información: recopilación, análisis y revisión de información previa de la actividad evaluada
- Visita al sitio: inspección visual del sitio y entrevistas con personal para verificar posibles problemas ambientales
- Evaluación: la información recopilada durante la revisión de información, la visita al sitio y las entrevistas son verificadas y validadas por el profesional medioambiental
- Análisis de datos e informes: recopilación de la información evaluada, y determinar si existe o no un problema ambiental que debe ser analizado de manera más detallada en la Fase II
Fase II. Proceso de muestreo
Una vez completada la Fase I, se evalúan los resultados para decidir si se procede a la Fase II. Si se detecta un posible problema ambiental, se inicia esta fase, que incluye: Preparación del trabajo de campo, Planificación, Muestreo, Evaluación y Análisis de datos, y Presentación de informes. Si no se identifican riesgos en la Fase I, el proceso concluye sin necesidad de avanzar a la Fase II.
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